Siebengebirge – una historia agitada

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Rolandseck, Rin y Siebengebirge a principios del siglo XX

Durante los últimos 2.000 años, gente de numerosas nacionalidades llegaron al Rin: celtas, germánicos, romanos, franceses, prusianos, solo para mencionar algunos de ellos. Por lo tanto, la historia del Siebengebirge y de Renania es también un poco la historia de Alemania y de Europa.

«Para los que una vez se instalaron aquí, este es su país»,
así el historiador romano Tácito cita a los Ubios germánicos.

En los siguientes capítulos sobre la historia de nuestra región, desde la Edad de Piedra hasta el traslado del gobierno de Bonn a Berlín, podrá aprenderlo todo.

En pocas palabras

En la época romana, el Rin era la frontera entre el Imperio Romano y la Germania libre. Es muy probable que se transportaban grandes cantidades de vino desde España hasta el más remoto rincón de las provincias Germania Inferior y Germania Superior para aprovisionar a los legionarios que aseguraban la frontera del Rin.

En la Edad Media, el frente entre las potencias regionales, el arzobispado de Colonia y los ducados de Sayn y Berg, atravesaba el Siebengebirge.

Al principio de la edad moderna los Habsburgo eran una potencia europea. El Emperador del Sacro Imperio Carlos V, rey de España desde 1516, era uno de los hombres más poderosos de su tiempo. Sus conquistadores salieron para conquistar el Nuevo Mundo, con sus legendarios tesoros de oro y plata para España. En Alemania luchó durante décadas contra la revolución protestante.

En la época moderna, los reyes de Prusia una y otra vez reclamaron el Ducado de Berg. Luego, en la era Napoleónica, el Rin volvió a ser la frontera, y el Ducado de Berg se convirtió en un estado modelo para la Confederación del Rin, encabezado por el Emperador mismo. En 1815, tras el Congreso de Viena, empezó el largo tiempo de la «Provincia del Rin Prusiana». Como ciudadanos del Estado de Prusia, los renanos vivieron la creación del Imperio Alemán, la Primera Guerra Mundial y la República de Weimar, cuando hubo esfuerzos para crear una «República Renana». Al final, muerte y destrucción en la Segunda Guerra Mundial.

El último capítulo de la historia del Siebengebirge trata del nuevo comienzo democrático, de Alemania Occidental. La capital provisional Bonn está muy cercano, y el Gran Hotel encima del Petersberg se convirtió en residencia para los invitados del Estado.

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